Las ciudades actuales no pueden funcionar más. Me refiero a las ciudades de América, de Europa, del mundo entero y especialmente a las grandes ciudades desarrolladas durante el siglo XIX y principios del actual. La vida de los hombres es imposible en ellas.
Ya existe una conciencia pública de que hay algo que no anda en estas ciudades, pero aún no hay conciencia general de que la transformación de estas ciudades debe ser integral y que del pasado sólo debe quedar aquello que tenga verdadero valor histórico o artístico. Los urbanistas saben que las ciudades han entrado en crisis, crisis que de aquí a 10 años trabará totalmente la vida en ellas. Los urbanistas saben que esta crisis de las ciudades no se debe a las aparentes dificultades internas de los países, ni a las internacionales, sino que el mal está en las ciudades mismas y que las dificultades nacionales e internacionales de los países contribuyen a poner en evidencia este mal.
El urbanismo moderno, nació hace 50 años, hace 25 años que tomó forma, hace unos 15 que ha comenzado a fijar doctrina. Grandes creadores e inventores han contribuido a aclararlo con su talento.
El urbanismo moderno, tiene perfectamente resueltas ciudades nuevas. Ciudades donde el suelo queda libre, en forma de parque. Ciudades donde los edificios están separados unos de otros de 600 a 800 metros. Ciudades donde las circulaciones se hacen a distintos niveles: sobre el suelo verde caminan los hombres, más arriba los vehículos en calles elevadas. Ciudades donde la luz del sol llega a todas partes. Ciudades donde ¡Oh, milagro! Cabe más gente que en las ciudades actuales y en una superficie menor, reduciéndose notablemente las distancias.
¿Cómo obtiene todo esto el urbanismo moderno?
Primero: ordenando.
Segundo: llevando las formas al espacio, dejando el suelo libre.
Tercero: valiéndose de la arquitectura y técnicas modernas.
El urbanismo moderno tiene resuelta la transformación de las ciudades actuales y resuelve el problema económico por la operación del mayor valor.
El urbanismo moderno está poco divulgado por el hecho de ser tan reciente, porque sus creadores han estado absorbidos por la seriedad de sus trabajos y porque las perturbaciones existentes en el mundo han distraído la atención pública.
El objeto de esta exposición es llegar al público, mostrarle la existencia del urbanismo moderno, de la arquitectura moderna, darle idea de sus posibilidades. Mostrar en unos pocos planos y dibujos el urbanismo y la arquitectura moderna es muy difícil. Si se piensa que una obra como la casa suspendida de Paul Nelson es el fruto de 3 años de trabajo, y que ha implicado centenares de planos y estudios, es difícil que el profano pueda comprenderla en esas pocas fotografías y planos que se exponen y que son la síntesis máxima del trabajo. Pero ya es un gran paso que el público argentino sepa que el arte y ciencia del urbanismo moderno y de la arquitectura moderna han resuelto lo necesario para que la vida en las ciudades sea posible con armonía y belleza. Y también es necesario que el público argentino conozca las soluciones de los creadores extranjeros para poder más adelante comprender y valorar el aporte de las obras de los creadores argentinos, que no solamente están trabajando para su país, sino para el mundo entero.