En 2009 hice contacto con el arquitecto Juan Manuel Boggio Videla y a través de su publicación “Hablan de diseño” comencé a interesarme por la vida y la obra de Amancio. Ese mismo año comenzamos a trabajar en el documental y todo este proceso culminó en noviembre del año 2013 cuando finalmente pudimos estrenar el documental en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
El recorrido de esos años incluyó: investigación, escritura del guion, recopilación de material de archivo, encuentros previos con familiares, entrevistas, rodaje y postproducción.
Gracias al Archivo Williams, que resguardó todo lo que Amancio produjo, pude acercarme a la obra, los proyectos, sus escritos, los audios con la voz de Amancio, las fotos, el material de archivo fílmico y la enorme cantidad de planos producidos para sus proyectos. Esto resultaba un desafío en cuanto a qué era lo que debía quedar en el documental ya que todo era interesante, todo abría nuevas puertas y nuevos caminos que explorar. Durante esos años traté de leer, consultar y recopilar todo lo referente a la obra y la vida de Amancio e incluso de sus contemporáneos y los arquitectos que él admiraba.
Al finalizar el rodaje tenía horas y horas de entrevistas e imágenes. Material de archivo inédito que habíamos encontrado y otro que pudimos recuperar gracias al Archivo Williams.
El rodaje se llevó a cabo en un lapso de casi dos años en donde avanzábamos concretando entrevistas esporádicamente por los escasos recursos que teníamos. Viajamos tres veces a Mar del Plata y pasamos con el equipo de rodaje varios días desde la madrugada hasta el atardecer instalados en la Casa sobre el Arroyo registrando imágenes en el interior y el exterior. Siempre encontrábamos una posición diferente en donde las formas nos sorprendían y cada puesta de cámara nos contaba algo. Todos estábamos fascinados por la casa y al mismo tiempo indignados por el estado en que se encontraba.
Desde un primer momento supe que la Casa sobre el Arroyo iba a funcionar como un hilo conductor de la historia pero fue durante los días que visitamos la casa en donde me di cuenta que quizás esta obra resultaba como una metáfora de lo que ocurrió con los proyectos de Amancio. Durante el proceso de montaje terminamos de cerrar esta estructura, ir descubriendo la figura de Amancio, su voz con sus ideas y en paralelo la historia de la casa con lo que había ocurrido. Sus proyectos, sus convicciones y su obra más importante se mantenían en pie a pesar de sufrir todo tipo de contrariedades y desilusiones.
Desde su estreno en Mar del Plata el documental comenzó un camino que nos sorprendió y nos demostró que la figura y las ideas de Amancio seguían vigentes.
Gerardo Panero