El poema electrónico de Le Corbusier

  • Autor Odile Baron Supervielle a Amancio Williams
  • Año 1963

Fragmentos del reportaje de Odile Baron Supervielle, L.R.A. Radio Nacional, 1963, Buenos Aires

-Mire Williams, como esta audición está especialmente dedicada al poema electrónico de Le Corbusier, ¿qué nos puede decir usted sobre él?

-La casa Philips de Holanda tenía la necesidad de exponer en la muestra internacional de Bruselas sus últimos adelantos, sus descubrimientos y aplicaciones técnicas en acústica, electrónica e iluminación. Pensó para ello recurrir al hombre más capaz en arquitectura que tenía a mano y lo llamó a Le Corbusier. Entre la casa Philips y Le Corbusier resolvieron el problema y de ahí nació la construcción de ese pabellón para la exposición internacional de Bruselas, donde se desarrolló la idea de Le Corbusier del poema electrónico, es decir: expresar dentro de un edificio con espacios que sugieran algo, con luz, sonidos, y efectos electrónicos: sensaciones nuevas, un espectáculo nuevo.

-¿Le Corbusier realizó solo su obra o tuvo otros colaboradores?

-Colaboró con él un arquitecto de su estudio, el Arquitecto Xenakis, que también es un compositor moderno. Además colaboraron muchas personas, muchos de los hombres del grupo de investigaciones de la casa Philips y también laboratorios de otros lugares, donde se hicieron ensayos de este edificio.

-¿Podría usted darnos una idea acerca de la forma del edificio?

-Esto ya es muy difícil. El edificio tiene formas nuevas que no han sido vistas antes por el hombre y que por lo tanto son difíciles de describir. En realidad el edificio está formado por unas superficies exteriores que responden a un sistema geométrico de paraboloides e hiperboloides. Son superficies que se unen unas con las otras. El edificio tiene una forma de la cual podríamos decir lo siguiente: hay tres vértices, tres picos como los de tres grandes mástiles. Estos picos están unidos entre sí por delgadas superficies de hormigón armado que caen hacia abajo y hacia los costados como si fueran grandes velas triangulares hinchadas por la brisa. La obra está realizada en hormigón armado con paredes muy finas y dentro de ellas, se crea el espacio necesario para poder realizar este espectáculo del poema electrónico.

-He oído decir que esta obra es un alarde de construcción ¿es cierto?

-Sí, así es. Se usó un método nuevo para construirla. Las paredes son muy finas y tienen alrededor de 5 a 7 centímetros de espesor. Naturalmente, hacer superficies de ese tamaño y con esas curvas tan extrañas en hormigón armado realizado con encofrados en el lugar era prácticamente imposible. Entonces se imaginó el siguiente proyecto. Se construyeron piezas prefabricadas, más o menos de un tamaño de 1 metro cuadrado. Estas piezas se colocaron después en el lugar de la obra, apoyadas sobre un leve encofrado interior. Y fueron ensambladas entre sí. Luego fueron arriostradas con tensores metálicos, tensores formados por barras cilíndricas de 7 milímetros de diámetro de aceros de alta resistencia, de aceros modernos de que se dispone hoy. Estos tensores se llevaron a caras de 6.500 kilos cada uno. Y ellos formaron dos caras exteriores que ponían en tensión a estas paredes, comportándose éstas como membranas finas que podían calcularse y además llevar grandes cargas dentro de sí mismas. Para poder hacerlo hubo que construir modelos porque el cálculo de un edificio de este tipo es prácticamente imposible. Y entonces se recurre a la técnica del modelo, es decir, se construye el edificio en escala, y se lo somete a cargas. De las tensiones que este modelo soporta se sacan las consecuencias para poder calcular la obra real. Esto se hizo en laboratorios especializados para ello. Luego hubo que encontrar e inventar todo el proceso para poder realizar este edificio que como ustedes se imaginarán no fue nada fácil, sobre todo porque se realizaba por primera vez. El edificio resultó un éxito y estuvo construido a tiempo y en él se pudo desarrollar todo el espectáculo previsto por la Compañía Philips.

-¿Cómo se desarrolló el espectáculo en este edificio que usted nos acaba de describir?

-Bien, para esto, tendremos que usar de nuestra imaginación en forma bastante aguda. La Compañía Philips buscaba aplicar en este edificio sus nuevos recursos acústicos para producir aceleración y reverberación de sonido por procesos electrónicos. Pensaba agregar además sus sistemas de iluminación más recientes, todos ellos controlados en forma automática por sistemas electrónicos muy adelantados. En el interior se colocaron una serie de altoparlantes (350 en total) y unos 15 reflectores, ubicados de forma que el público no podía verlos. Estos proyectores proyectaban diferentes cosas: films, diapositivas, efectos luminosos diversos. Es decir, se usó un equipo altamente refinado. La combinación de reflectores y aparatos de efecto con el nuevo sistema sonoro creaba allí un espectáculo lleno de imprevistos, de sugestión y misterio. El público atendía con emoción e interés este extraordinario espectáculo que duraba unos ocho minutos.

-¿Esos sonidos de que usted nos habla, eran sonidos intercalados y preparados por los técnicos o habían sido creados por algún artista?

-Estos sonidos habían sido creados por Edgar Varèse, el gran compositor a quien Le Corbusier eligió para su trabajo. La obra de Varèse duraba más o menos unos ocho minutos que correspondían a la proyección y a la realización de todo el espectáculo del poema electrónico.

-De esta música que acabamos de oír y que fue compuesta para el poema electrónico de Le Corbusier ¿nos puede decir Williams, cómo fue realizada por su compositor?

-Tengo entendido que Edgar Varèse se trasladó a Holanda y que grabó esta obra en los laboratorios que tiene la casa Philips en Eindhoven. Allí utilizó el equipo electrónico de que dispone dicha compañía y también algunos instrumentos como el piano y la voz humana. De ahí salió la obra de Edgar Varèse que después se integró con todo el espectáculo visual dentro del edificio del poema electrónico realizado en la exposición de Bruselas; es decir, esos sonidos correspondían y jugaban con las imágenes que se proyectaban en las paredes, imágenes que podían ser a veces figuras humanas, colores simples, juegos de luces, etc.

-Mire Williams, una de las razones por la cual yo quería tener esta conversación con usted, es que sabía que usted tiene un estudio realizado hace mucho tiempo sobre el tema del sonido y los espectáculos visuales. ¿Podría decirnos usted algo sobre esto?

-Sí, Odile. Este trabajo está basado en los estudios que yo hice en 1941-42 sobre acústica. Ellos dieron como resultado la síntesis del problema acústico para una sala, es decir, para un ambiente cerrado. En este trabajo se llegó a obtener el máximo equilibrio posible del sonido en el espacio, es decir, que se ha llegado en él a lo que yo considero una sala perfecta. Basándome en todo este trabajo acústico hice una aplicación a la arquitectura y ésta dio como resultado la Sala para el Espectáculo Plástico y el Sonido en el Espacio (1942-43), que ha sido bastante publicada. Este reportaje, realizado con anterioridad a la muerte de Le Corbusier, le fue enviado a éste por Amancio Williams en una carta dirigida con motivo de su cumpleaños. Le Corbusier contestó a Williams lo siguiente: Querido amigo: Gracias por su muy gentil carta. He anotado al margen: “Aquí, texto (inesperado) de Amancio Williams de Buenos Aires; hay ahí incidencias imprevisibles”, lo que significa: usted ha escapado a las voces de la banalidad. Gracias por sus buenos deseos. Haría mejor en desearme rejuvenecimiento que en desearme un año más. Guardo el mejor recuerdo de usted. Amistosamente Le Corbusier